sábado, 11 de diciembre de 2010

Adrede

Por suerte no tenemos dioses que nos perdonen. A veces pienso que la vida es un error, pero claro, más error es la muerte. Las cosas que no faltan, cuántas cosas. Las que quedaron en el camino o nunca accedieron a él. Quien más, quien menos, todos llevamos una filatelia de las ausencias. Por suerte cuando soñamos vuelven todos, los que todavía son y los que fueron. Y abrazamos fantasmas, almas en pena y almas en gloria. Ellos nos cuentna su impiadosa sobrevida, aunque, eso sí, marcando siempre su territorio, que es sólo invierno.Su exilio tan pasivo, tan inerte, no está consolidado. Con su martirio , nos martirizamos, quzá porque sabemos que todo eso acaba en un opaco despertar. Viene entoces la fase de ojos abiertos, también llamda insomnio. Allá arriba está el cielo raso, con la araña de siempre en su rincón de redes. Nos faltan manos para acariciar, labios para besar, cintura que estrechar, cuerpo penetrado. Todo es ausencia. Y la ausencia, no es otra cosa que la presencia perpetua de caras en mi mente, de manos en mi cuerpo, de caricias en mi cara, y de aires que despiertan mi tristeza.

Benedetti siempre hay que vivir adrede.

5 comentarios:

  1. Conchi, me alegro muucho de volver a leerte. ¿Todo bien? Sigue derramando letras y acercándote a la presencia.

    Besos.

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  2. Dioses que nos perdoden, ahora lo entiendo todo, me convierto en futuro plagiador de esta frase, lo siento, la vida es así.

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  3. Rubén...
    Todo bien, Gracias.

    Tengo que volver a engancharme a la cuerda..

    Un besito

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  4. J. G.

    Así irás tu y tu conciencia.....

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  5. Te deseo una muy Feliz Navidad. Que te lleguen mis mejores deseos.
    Con cariño.
    Un beso.

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