La pequeña niña hablaba demasiado, nadie entendia tal espontaneidad y provocaba así el rubor de sus prójimos. El esconder parte de ti es lo que tiene, estar cobijadado en tus miedos, verguenzas y tantas cosas.... Bebía vidas que no eran suyas, comia corazones ajenos y dormitaba en esas mentes, mentes de los sensibles. Desnudaba su alma, como también sus sentimientos.
Así era la ficha que no encaja en el lugar de los cobardes.....
jueves, 27 de agosto de 2009
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Lleno de fuerza y energía, muy bonito.
ResponderEliminarwow q fuerza q hay en tus palabras Conchi!
ResponderEliminarhermoso escrito, puntual, presiso, claro, justo, punzante y mordaz ... eres talentosisima!
besos! :)
Conchi, muy bonito lo que dices, sería hermoso vivir asú, si se hiciera de una manera verdadera, sin segundas intenciones ni maldades, al fin y al cabo el niño (la inocencia) fue el único que habló sobre el traje del emperador.
ResponderEliminarBesos!
hola!
ResponderEliminarhe vuelto a regresar!
checalo..
un abrazo!